Destacar la relación simbiótica entre el arte y el diseño es uno de los propósitos que impulsan al Museo de Arte y Diseño de Miramar desde su etapa de creación y un aspecto que nos propusimos evidenciar en nuestras exposiciones inaugurales. Es así que presentamos la exhibición “Y” de Charles Juhász Alvarado. La titulamos “Y” porque tanto esa letra como Juhász se destacan por conjuntar historias, ideas y disciplinas. “Y” porque los antiguos griegos solían identificarla con Pitágoras, creyente en el poder expresivo de las matemáticas y la música universal que nos rodea, música que Juhász integra en sus proyectos. “Y” porque, al igual que Juhász, esta letra lo cuestiona todo, preguntando siempre: ¿ahora qué? Es ese obsesivo cuestionamiento intelectual y físico lo que lleva al artista a crear con una dedicación férrea y una escrupulosidad técnica impresionante que nos remonta a los ideales utópicos y cabales del Bauhaus.
Dada su función conjuntiva de puente entre ideas y su alusión a quien predicó la armonía matemática del sonido y la importancia de la simetría en el proceso creativo, nada parece más apto que la “Y” para expresar el compromiso de Juhász con el arte como medio idóneo para la conexión y la comunicación, lo cual lo ha llevado a una exploración de las cadencias musicales del lenguaje y el sonido como herramienta comunicadora del lenguaje matemático —sonidos que están presentes en sus cajas de limpiabotas, en las partituras de los espaldares de sus sillas y hasta en unos preciosos pitos confeccionados en maderas nativas—.
Es conocida la extraordinaria pericia técnica de Juhász para trabajar la madera y el metal, lo cual dota a sus obras, sean escultóricas o utilitarias, de una calidad excepcional en el panorama actual. Juhász se ha distinguido principalmente por piezas escultóricas a gran escala, de construcción complicada y minuciosa factura, cada una concebida como parte de una narrativa general que la suele interrelacionar con otros proyectos del artista. En esta ocasión, en efecto, presentamos trabajos que despliegan maestría técnica y que se relacionan con otros proyectos del artista, pero se trata en específico de objetos con funciones utilitarias.
Sin soslayar esos elementos temáticos y autorreferenciales, presentamos tres series de mobiliarios escultóricos que Juhász ha diseñado y confeccionado personalmente, y que están atados a otros proyectos de su autoría, tales como La Casa de los Contrafuertes y su proyecto internacional El Limpiabotas. Con excepción de las sillas “Lilu”, los muebles fueron creados para habilitar su abarcador proyecto interdisciplinario La Casa de los Contrafuertes, que surgió de una gran instalación y que se ha convertido en un espacio de exhibiciones y presentaciones culturales único en el ámbito local.
La cadencia del sonido, los parámetros y simetrías de las matemáticas, la pureza del diseño y la capacidad de transformación de sus obras han destacado a Juhász en el ámbito internacional. Respecto a esa capacidad transformativa, el artista se complace e insiste en un juego metafórico constante entre la apariencia de los objetos y sus funciones ocultas, creando sillas que se convierten en cunas, mesas que también son ábacos para contar historias, cajas de limpiabotas que sirven de instrumentos acústicos y puentes que, además de conectar dos puntos, crean melodías.
Para Juhász, el diseño es la base de todo, es la idea, el esquema y el concepto; los resultados son objetos contundentes, con clasificaciones y definiciones propias. Lamentablemente, la ubicuidad de la palabra “diseño” diluye la importancia de esta actividad como sistema de ordenamiento y rama de la estética. El diseño funge como base de la pericia artesanal y de la producción artística; es la plataforma que utiliza Juhász para forjar historias en madera y metal.
Más que un artista plástico o un diseñador, Charles Juhász Alvarado es un contador de cuentos, una especie de escritor tridimensional. Sus obras, que siempre surgen de algún concepto sumamente desarrollado, se transforman físicamente en complicadas e impecables presentaciones cuya invención guía al lector no solo a apreciar y a curiosear, sino, mejor aún, a participar.